Lo que más me gusta del otoño es su color. Para empezar, su capacidad para vestir el mundo de otro color. Modificar la textura del paisaje. Y luego, lo emocional de esos colores que transmiten cansancio, decadencia, una belleza marchita, suavidad y serenidad, descanso. Hay muchas veces en que sólo hace falta mirar alrededor para encontrar la belleza.
VEO Los ojos, el tiempo y el corazón pueden conformar la forma perfecta de mirar. Aire que entra por los ojos.