VEO

El cristal crea pantallas que recogen lo que se enfrenta. Así la ciudad se va llenando de reflejos que la duplican. La ciudad material, dialoga con la ciudad imagen. ¿Cual es más real?.  

Me gustan muchos los reflejos. La naturalidad con la que se superponen las imágenes creando un nuevo paisaje de diferentes dimensiones. En este caso, el propio retratista es visto sobre lo que ve. La conjunción otorga a todas las piezas la levedad de un sueño.  

¿ Que es un reflejo? ¿ Es sólo una traslación de una imagen a otra superficie? ¿ O es quizás otra realidad, fluida, flexible, etérea? ¿ Porque sabemos que el espejo es una mera prolongación de lo que existe y no otra forma de existir? ¿ Porqué le damos más importancia a lo corpóreo en lugar de entender que lo no corpóreo es simplemente una forma de existir diferente, que a nosotros nos cuesta más entenderla porque pertenecemos a esta dimensión? Y si sólo es una réplica ¿ como ocurre? ¿ como llega hasta nuestros ojos? La vida está llena de milagros con los que convivimos sin darnos cuenta. 

 La imagen de San Jerónimo del Real se refleja en una de las cristaleras interiores del Museo del Prado. Con claridad y perspectiva. Siempre me pregunto cual es la realidad de los reflejos, como puede una imagen multiplicarse pero sin su materialización. ¿ No es algo mágico?. ¿ Hasta donde puede multiplicarse la realidad?

El cristal de la ventana, refleja el edificio de enfrente. Las ventanas se convierten en espejos y la ciudad se refleja en si misma. Se convierte en un juego, un laberinto de imágenes que se repite como si todo fuese un extraño caleidoscopio.