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Mostrando las entradas etiquetadas como Atardecer

NOCHES DE VERANO EN LA CIUDAD

  Comienza el verano y las noches se alargan quedándose con parte de la luz de la tarde y enfrentándola a las farolas. El resultado son esos atardeceres que se extienden e invitan a caminar siendo parte de un paisaje bullicioso en constante estado de celebración de la vida.

ATARDECER EN LA ALMUDENA

El desorden lumínico de esta fotografía crea un entorno de serena belleza: el sol abandonando el horizonte, las sombras de los edificios, las farolas que comienzan a encenderse como luciérnagas... Definitivamente la luz, incluso en el caos, crea belleza.    

PUESTA DE SOL

  Cuando veo una fotografía así, esta belleza impresionante y única, no puedo dejar de imaginar lo que pensarían nuestros antepasados al encontrarse ante este espectáculo. Posiblemente sería para ellos la forma más obvia de visualizar a la divinidad. No es de extrañar que tantas culturas adorasen el Sol.

NARANJA CIELO

  Naranja. Las nubes se empapan de sol y en esta fotografía da la sensación de que emprenden una entre los edificios, en una visión irregular que inquieta y confunde. 

PUESTA DE SOL

  Ver la puesta de sol. Me gusta contemplar, no sólo las puestas de sol, sino a gente reunida para asistir a este acontecimiento. Es importante que se sepa admirar la belleza, que se valoren estos regalos que sólo precisan de saber mirar. Quizás implique que algo de esa serenidad de permitir que la vida transcurra, se cuela en nuestro interior para limpiarnos. O quizás que verdaderamente sabemos lo que merece la pena.

CIELO DE ATARDECER

Un cielo milagro. A veces los atardeceres nos sorprenden con esta explosión de colores, de fuego.  Creo que ya lo comenté alguna vez: no puedo dejar de imaginar que pensarían los primeros hombres cuando se encontraban algo así, en la llegada de los dioses o en el principio de la destrucción. Mientras tanto, dedico unos segundos a contemplar algo que nunca se repetirá de la misma forma. Cada experiencia con el cielo es única.  Contemplar algo único nos recuerda nuestra importancia en la tierra.  

LUZ DEL ATARDECER

  A veces, o siempre, la luz funciona como una `paleta de colores que va tiñendo la ciudad en función de las horas, el tiempo.... Al final posiblemente la luz sea la verdadera creadora del color y este nunca sea algo fijo e inmutable sino el resultado de muchos factores externos e íntimos. Yal vez los colores puros no existan y sean sólo formas de nuestra percepción.

LA LUNA EN LA CIUDAD

 Lo que más me gusta de esta foto es su limpieza. Hay edificios, un banco con su cartel pretencioso, incluso un cable cruza de lado a lado la imagen.... Y sin embargo, percibo una sensación de limpieza, de claridad. Posiblemente la culpa sea de esa luna grande y precisa que nace cuando todavía no se la espera. Y de ese cielo que alcanza ese color de atardecer entre la luz y la oscuridad que tanto me gusta. Las ciudades son también entornos hermosos, lugares donde fácilmente se encuentra la belleza. Su belleza.

ATARDECER EN LA CALLE SERRANO- MADRID

  Los días tienen color.  Lo que más me gusta de esta fotografía es que el color no sólo está en los puntos más destacados como los árboles o los semáforos, las luces de los automóviles.... no, el color parece ser una textura, la del atardecer, e imponerse a esos fogonazos tiñéndolo todo de un sentimiento homogeneo. Para algunos será paz, melancolía o tristeza para otros, ese momento en que la luz se va cansando... Para mi es una muestra de la belleza que encontramos sólo con mirar, o que en ocasiones no vemos pero nos regala la memoria de una cámara. Y entonces recordamos que estuvimos allí.

CALLE DE ORO

  La lluvia y la luz de las farolas tiñen de oro la calle. Un atardecer metálico y luminoso. La ciudad nos sigue ofreciendo instantes mágicos y únicos. Hay que saber mirar.

GRAN VIA MADRILEÑA

 La arteria central de una ciudad en toda su estridencia lumínica. Derroche de vida en tiempos extraños de silencio. Una forma de acogernos que tiene Madrid.

ATARDECER DESPUÉS DE LA LLUVIA

  Después de la lluvia, el azul del cielo tiene color. Las nubes son también azules y parece que el horizonte ha sido lavado y se ha convertido en una inmensa tela de una textura etérea, donde el tono de los colores tiembla con las sombras. La humedad está también en el aire, se puede oler, con una mezcla de frescura y melancolía.

CIELO DE SEPTIEMBRE

  En ocasiones miramos, y vemos aquello que en tantas otras ocasiones dejamos pasar. El cielo que en una tarde de septiembre se convierte en algo rabioso, de una hermosura agresiva. Que sorprende cuando lo recogemos en una instantánea y no tanto cuando lo tenemos sobre nuestras cabezas. Milagros cotidianos. 

FUEGO EN EL MAR

 La puesta de sol escondiéndose en el mar. Un espectáculo cada día diferente, e una belleza difícil de emular. Un milagro. Pero un milagro cotidiano, de esos que ocas veces nos detenemos a contemplar en su grandeza. Aun sabiendo que el placer siempre será fugaz. Vivimos rodeados de magia.

CUADRO URBANO- ATARDECER

Cualquier paisaje urbano es susceptible de convertirse en un lugar mágico, sólo con encontrar el momento y saber mirarlo.

LUZ Y MAR

Una imagen ofrece información para pensar en muchas cosas. Viendo este atardecer en la Playa de Riazor me quedo con la revelación de que este momento, y su representación, nunca volverá a repetirse. Que la luz, el reflejo, la cadencia de las olas.... nunca estarán igual. Y en el momento en que la imagen fue tomada, nadie estaba en la mima posición, en el mismo ángulo que yo. Esta es por lo tanto una imagen única. Con cada fotografía se hace un pequeño milagro.

CIELO Y PALACIO- MADRID

A veces el cielo nos regala colores imposibles y que siempre se convierten en únicos. Atraparlos con una mirada y preservarlos con una cámara, en nuestra obsesión por atrapar la belleza y compartirla. Para contar que nosotros lo hemos visto, que nos ha invadido su serenidad y su fuerza. Porque contemplar algo único nos hace diferentes.

ATARDECER EN LA COSTA

Serenidad. Eso es lo que me transmite esta fotografía. Serenidad y equilibrio. En sus líneas, en los colores, nada estridente. Como debe de ser el atardecer, el descanso, del día que termina, que se ha ido deslizando dejando, como en cada ocasión, miles de pequeñas historias, sensaciones y detalles irrepetibles.

ATARDECER BULLICIOSO EN LA CIUDAD

Parece que el cielo también está de fiesta. Como la iluminación de la calle, los coches, los semáforos. Una especie de verbena urbana. Parece como si todos se preparasen para una noche larga y bulliciosa. De esas en las que pueden pasar tantas cosas. De esas que dejan un poso de anhelo que nos acompañará siempre.

PAISAJE: VIAJE: REGRESO

Un viaje de regreso es también un viaje al tiempo. Volvemos a nuestra ciudad en un atardecer. Termina el día. En breve comenzará a anochecer y también anocheceremos nosotros, preparándonos para descansar. Las últimas actividades serán más lentas, más perezosas. Y mirarán a mañana. Esta fotografía podría ser el homenaje, el epitafio, el recuerdo, a un día que concluye. Y que nunca se va a repetir.