En Madrid convive la ciudad medieval con la contemporánea. Por ello cada esquina regala, cuando se dobla, visiones sorprendentes que nos salen al paso. Cúpulas que se elevan hacia el cielo bailando con paredes de colores pastel. Tejados rojos sobre los que se asoman campanas. En las calles estrechas que dibujan una pantalla vertical. Y siempre, sobrevolando, ese cielo azul que tantas veces adorna alguna nube. Madrid.
VEO Los ojos, el tiempo y el corazón pueden conformar la forma perfecta de mirar. Aire que entra por los ojos.