La puesta de sol escondiéndose en el mar. Un espectáculo cada día diferente, e una belleza difícil de emular. Un milagro. Pero un milagro cotidiano, de esos que ocas veces nos detenemos a contemplar en su grandeza. Aun sabiendo que el placer siempre será fugaz. Vivimos rodeados de magia.
Las velas en el horizonte, como figuras que rompen la armonía entre el mar y el cielo, son el anuncio de aventureros que, como los argonautas, se lanzan a descubrir nuevos horizontes. Personas para las que el futuro siempre tiene nuevos contornos. Para los que no existe lo conocido. Indiferentes ante el miedo Vivos..