En ocasiones todo se conjuga para que el paisaje sea un dibujo de serenidad que empape nuestra mirada hasta llenar nuestro interior de paz. Quizás porque ante su grandeza comprendemos lo nimio de nuestros problemas, lo pequeña que es nuestra existencia comparada con la eternidad.
VEO Los ojos, el tiempo y el corazón pueden conformar la forma perfecta de mirar. Aire que entra por los ojos.