Cuando el cielo aparece así es algo brutal, mítico, arcaico. Cuando pensamos que los seres humanos dominamos la naturaleza, imágenes como esta nos recuerdan que es mucho más fuerte que nosotros. Un cielo incendiado e infinito, capaz de aplastar las guerras, construir la historia y regalarnos nuestro tiempo de vida a nosotros, insignificantes criaturas que vivimos bajo su generosa protección.