A veces el sol se nos muestra así, definido y pleno. Casi como un personaje en el paisaje. Volvemos entonces a las arcaicas mitologías que lo consideraban la máxima expresión de la divinidad. ¿ Porque no? ¿ hay muchas cosas más impresionantes y desconocidas en el universo?
A veces la mirada nos regala estos pequeños milagros. Tal vez no seamos conscientes de que estamos asistiendo a un momento único que no volverá a repetirse de forma idéntica. Ante esto, me resulta difícil pensar que no exista Dios.
Las ciudades crecen en vertical, hacia arriba. Y en estas torres, se colocan vidas unas encima de otras, cada una en su espacio horizontal extendiéndose y ramificándose hacia otros espacios horizontales. Pero hay momentos en que todos descienden de sus ubicaciones para mezclarse sin fronteras, de nuevo en la ciudad.