En ocasiones la amenaza exterior tiene cierta textura de calidez. Quizás porque existe un refugio desde donde contemplarla. O porque llega cuando le corresponde, acorde a los calendarios que en nuestra infancia nos enseñaban las estaciones. Aquello que es comprensible no da miedo.
VEO Los ojos, el tiempo y el corazón pueden conformar la forma perfecta de mirar. Aire que entra por los ojos.