Cuando el exterior nos agrede con algo que no controlamos, cuando sentimos el miedo irracional de no saber a que tememos... El Refugio multiplica su valor como un abrazo. Pueden ser personas o lugares, incluso sentimientos o recuerdos. Todos necesitamos uno.
Es gracioso q las farolas, recién encendidas, parezcan monetizarse con el declinante sol de invierno creando ese juego de oro que transmite una especie de serena nostalgia, esa hermosa tristeza que abraza el alma.
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