La Navidad es posiblemente la temporada festiva más universal.
Varias semanas de celebraciones para todos.
Y las ciudades han asumido su necesidad de vestirse de brillo y luz, de intentar materializar algo tan complejo como la felicidad. Convertirla en algo temporal, evanescente...
Quizás superficial, pero ¿ quienes somos nosotros para decidir que no deja huella?.
Las ciudades mutan durante un mes en grandes adornos por donde paseamos, no indiferentes, sino, de algún modo, cada uno del suyo, empapados en su atrezzo.
Otra señal de como nuestro entorno nos moldea, nos acompaña, nos incita.
No somos unidades independientes. Gracias.
Varias semanas de celebraciones para todos.
Y las ciudades han asumido su necesidad de vestirse de brillo y luz, de intentar materializar algo tan complejo como la felicidad. Convertirla en algo temporal, evanescente...
Quizás superficial, pero ¿ quienes somos nosotros para decidir que no deja huella?.
Las ciudades mutan durante un mes en grandes adornos por donde paseamos, no indiferentes, sino, de algún modo, cada uno del suyo, empapados en su atrezzo.
Otra señal de como nuestro entorno nos moldea, nos acompaña, nos incita.
No somos unidades independientes. Gracias.
Comentarios
Publicar un comentario