Las fotografías sin filtro, sólo con el ojo de la cámara que se limita a recoger dándole la dureza del instante a lo que para nosotros se empapa de tiempo, nos lleva en ocasiones a descubrir momentos tan singulares como este atardecer. Imágenes que remiten a la fantasía. Como si sobre el Palacio, el cielo estuviese abriendo una puerta a otra dimensión henchida de luz.
VEO Los ojos, el tiempo y el corazón pueden conformar la forma perfecta de mirar. Aire que entra por los ojos.
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