Cada uno tiene sus propias referencias en su entorno cercano, aquellas que todos los días ve pero sólo en ocasiones contempla. Uno de los míos es esa hilera de luz que enmarca la calle de San Quintín, ahora peatonal, y desde la que la noche parece acercarse desde el horizonte por el que se fuga el día.
Y los días que en lugar de ver contemplo, su serenidad me infunde una inmensa calma.
Comentarios
Publicar un comentario