Esta es una foto espontánea, sin cuidado, detrás de un cristal.
No tiene el detalle de toda la belleza que puede producir, y aun así, nos demuestra toda la que podemos ver sólo con mirar, sólo con dedicar un tiempo a levantar los ojos.
Cuando contemplo algo así, de nuevo, no puedo dejar de preguntarme, en tiempos pretéritos, que podían pensar nuestros antepasados, los primeros hombres que pisaron la tierra, ante milagros como este.
Seguramente creerían que estaban viendo a Dios, aunque no supiesen su nombre.
La fe, era más sencilla entonces.
O ellos lo eran, y consecuentemente más sabios.
No tiene el detalle de toda la belleza que puede producir, y aun así, nos demuestra toda la que podemos ver sólo con mirar, sólo con dedicar un tiempo a levantar los ojos.
Cuando contemplo algo así, de nuevo, no puedo dejar de preguntarme, en tiempos pretéritos, que podían pensar nuestros antepasados, los primeros hombres que pisaron la tierra, ante milagros como este.
Seguramente creerían que estaban viendo a Dios, aunque no supiesen su nombre.
La fe, era más sencilla entonces.
O ellos lo eran, y consecuentemente más sabios.
Comentarios
Publicar un comentario