En ocasiones miramos y, ante la belleza, decidimos captar lo efímero para que deje de serlo, y esa imagen nos recuerda el poder de hacer que lo único permanezca. Porque nunca volverá la luz a ser exactamente igual, ni el preciso ángulo de la mirada el mismo.
¿Somos conscientes del milagro de apresar una realidad en mutación perpetua?
¿ Debería de ser esto lo que llamásemos la verdad?
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